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Origen y curiosidades de supersticiones I


Muchas son las supersticiones que conocemos pero raramente nos ponemos a pensar en su origen, asi que encuentro en mmpet una recopilación que posteare en 3 partes. Espero que les parezca interesante.

Tocar madera.

Durante muchos siglos antes del cristianismo, los pueblos célticos de Europa rendían culto a los árboles por considerarlos los templos de la santidad y la principal representación de los dioses en la tierra. El árbol servía como medio para evitar la dolencia o el mal a la tierra. También se recurría a este vegetal si la mala suerte visitaba a un hombre bajo la forma de demonio o si iba a librarse una batalla. En éstos y otros casos, el sacerdote druida celebraba una serie de ritos y ensalmos en las llamadas enramadas sagradas, lugares que equivalían a las modernas iglesias.

Hay también quien dice que las supersticiones referentes a la madera también nacen del material con el que está hecha la cruz de Jesús. Resultado de estas creencias es nuestra costumbre de tocar madera como signo de la suerte, ya que ésta atrapa el espíritu maligno y lo hace caer a la tierra.

Abrir el paraguas dentro de casa.

Ningún supersticioso tendría jamás la osadía de abrir un paraguas dentro de casa. El origen de este temor se remonta a la época en que los reyes orientales y africanos lo usaban sólo a modo de sombrilla para protegerse del sol. Debido a su conexión con el astro rey y porque también su forma simboliza el disco solar, abrirlo en un lugar sombreado, fuera de los dominios del sol, era considerado un sacrilegio.

Es probable que las supestición se reforzara cuando los paraguas llegaron a Europa y empezaron a ser empleados casi exclusivamente por los sacerdotes en los oficios de los difuntos, sin otro fin que protegerse de las inclemencias del tiempo.

Romper un espejo.

Las supersticiones relativas al espejo se cuentan entre las más citadas en todo el Occidente cristiano, quizás por su uso adivinatorio. La catoptromancia, es decir, el arte de adivinar por el espejo, procede de Persia y, aunque tuvo un relativo éxito durante la antigua Grecia y la Edad Media, fue duramente perseguida por la Iglesia.

Es probable, sin embargo, que estas supersticiones obedezcan a la idea de que nuestro reflejo es otra versión del original y, si causamos desperfectos en el espejo, nos hacemos daño a nosotros mismos. Así, dañar el espejo es dañar el alma, y aquí es donde entra la superstición de que la rotura de un espejo trae mala suerte durante siete años. Este periodo se debe a la creencia de que el cuerpo experimenta un cambio en la constitución fisiológica cada siete años.

1 comentario:

  • Anónimo

    hola es s genial

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